Manuel Fernando López
Ambos términos parecieran a primera vista un pleonasmo; pero no es así: hay rufianes que no son acosadores sexuales, pero si acosadores que son rufianes en toda la extensión de la palabra.
Develo lo anterior: en Nogales, donde despacha como alcalde, el prototipo de los dos adjetivos, Juan Francisco Gim Nogales; misógino a ultranza, amén de un ignorante y, quien ahora en compañía de una cofradía de tales tipos, se dedica a saquear el erario del ayuntamiento con comidas faraónicas en restaurantes, a cargo de los sufridos nogalenses.
La austeridad proclamada como himno y credo de la 4T, para este sujeto es letra muerta; es un sibarita –¿sabrá lo qué significa?—y, debe satisfacer su estómago y, los de acompañantes a tales banquetes.
No está solo en la depredación a las arcas municipales, figura Martín González Grijalva, quien la “juega” de capacitador político y, también de periodista –no hay respeto al oficio—en el periódico Expreso.
Más aún – como si fuera un orgullo—también se las “carga” de haber sido asesor del corruptérrimo Sergio Pablo Mariscal Alvarado, ex alcalde de Ciudad Obregón, al que dejó destrozado financieramente.
“Cojea” de la misma pata que el oriundo de Naco; un acosador y golpeador de mujeres como buen cobarde: incluso en su momento como diputada federal Wendy Briceño, lo denunció en el Congreso, como tal.
Fue la señora Marcela Pacheco, trabajadora del ayuntamiento quien denunciara a este sujeto y, trabaja de bajo perfil, aprovechando ser primo de Jesús Grijalva, jefe de oficina de Gim Nogales.
Tiene rato pegado a la ubre, desde tiempos de Gerardo Rubio, quien fuera secretario del ayuntamiento con el otro bandido de Ramón Guzmán – Humberto Robles Pompa, lo conoce y muy bien—quien a su vez—Rubio—es manipulado por César Dabdoub y, Héctor Monroy dueño de premezclados.
El acoso de ambos tipos –alcalde y Martín González—contra los empleados del ayuntamiento –en especial a las mujeres—es brutal: sobre todo a las regidoras que no se “alinean” con ellos.
Así están las cosas por Nogales y, los sufridos ciudadanos que en mala hora votaron por el misógino Gim Nogales y, en consecuencia por la pandilla de rufianes y acosadores que le acompañan.