El Código
Manuel Fernando López
Soy reportero desde hace mucho tiempo, he visto mucho; personajes de la política increíbles y, desde siempre me ha encantado la espontaneidad; cero anquilosamiento o “guardar las formas” como dirían los clásicos.
Si alguien la tiene es Célida López Cárdenas, ex presidenta municipal de Hermosillo; llegó a tal cargo precisamente con base en lo anterior; que a la postre en busca de reelegirse como tal, no lo haya logrado, es “punto y aparte” por aquello de intereses propios de la política.
Además, porque la dama, le “jaló la cola al tigre” por tocar intereses consabidos desde siempre en esta sociedad rancia y persignada; tanto que de día le rezan a Dios y, en la noche bailan con el Diablo.
Pero en fin, cabe destacar que en su administración, salió limpia, libre de acusaciones por corrupción; luego, fue la titular de turismo estatal donde brilló con luz propia en una oficina donde se solía enviar a perfiles bajos y de poca efectividad, y hoy es Jefa de la Oficina del Ejecutivo estatal; ciertamente la primera una cartera muy difícil , dada la situación de violencia en el estado y, en el país.
La verdad, loable que el gobernador Alfonso Durazo Montaño, la haya “jalado” a formar parte de su equipo; hasta aquí mi reflexión; sin embargo cuando se viene la “lotería” para encabezar las distintas fórmulas, tanto para diputaciones federales y senadurías, ¿soslayarán a este cuadro tan valioso?
Dio muestras probadas de que “está hecha” en el Congreso del Estado, cuando como diputada local y, desde la tribuna “paró en seco” a la advenediza de Flor Ayala Robles Linares; con argumentos y seriedad; lejos de histrionismos.
In pectore del gobernador están tales fórmulas; pero, ojo: si existe alguien con talento y sobrada capacidad en el debate—no olvidar que fue campeona nacional en tal aspecto– es Célida y, la verdad van a ocuparla para enfrentar a Lilly Téllez, que una vez fue de Morena.
Este reportero recuerda y disfruté, cuando ponía “pinta” a Flor Ayala en el Congreso del Estado; no soy factor de nada en el quehacer político; pero siento que la desperdiciaron; por cierto, una de sus grandes ideas—de Célida—fue la creación de los juzgados cívicos en las centrales policiacas, para darle voz a los ciudadanos en aras de evitar tanto abuso y brutalidad policiaca.
Amén de las corruptelas en tales recintos policiacos.