EL ZANCUDO «NO MATA PERO HACE RONCHA»

Usted ya sabía que en estos tiempos, lo que no es histórico es inédito, pero lo que no sabía es que además es paradójico. Y deja tú lo paradójico, lo absurdo, diría el otro.

Ahí tienen que mientras en Cajeme, el alcalde Manuel Barro Borgaro ha puesto en marcha un bonito programa para acabar con las casas de cartón, en el pabellón número dos de la cárcel de Hermosillo se rifan departamentos amueblados, con cocina integral, recámara, baño, aire acondicionado y una serie de comodidades a las que se puede tener acceso, siempre y cuando la suerte le favorezca, por la módica suma de 200 pesos.

Bueno, eso de que la suerte le favorezca también es un decir, pues la población de internos del Cereso número 1, donde fue descubierto el singular sorteo, no está integrada precisamente por personas que se caractericen por su buena suerte, y antes bien, andan por ahí más de cuatro que bien pueden entrar en la categoría de los que están más salados que un moco.

Aunque claro está, menos salados que las miles de familias que no sólo en Cajeme, sino en el resto de las ciudades y comunidades del estado de Sonora, se guarecen de las inclemencias del clima en ‘viviendas construidas con material de bajo costo’, como eufemísticamente suele llamarse a las chozas de lámina negra, cartones, latón y hasta lonas de campañas electorales donde aparecen sonrientes rostros de candidatos que -ganando o perdiendo- jamás se volvieron a parar por ahí.

El día de ayer, los servicios de inteligencia de la Dirección del Sistema Estatal Penitenciario, a cargo de Ricardo Ornelas Saavedra, lograron interceptar un fólder tamaño carta mediante el cual se promocionaba la rifa de un cuarto con acabados de madera, vitropiso, estufa, refrigerador, alacena, entre otros detalles que son un lujo, “pero creo que lo valgo”, habría dicho cualquiera de los 200 potenciales participantes de la rifa, siempre y cuando pudiera erogar doscientos pesillos, que era el costo del boleto.

Hasta el momento, los sabuesos de don Ricardo no han podido determinar quién o quiénes organizaban tan singular sorteo, pero el descubrimiento del misterioso fólder sirvió para encontrarse también con unos 130 cuartos que los propios internos llaman “suite” o “VIP”, y que fueron construidos gracias a la corrupción, pues los reos pagaban a custodios y comandantes para poder edificarlos.

Por la información dada a conocer, se entiende que dentro del Cereso 1 de Hermosillo existe toda un área de condominios que definitivamente no pudo ser construida de la noche a la mañana, mucho menos equipada y acondicionada de la manera en que se describe, y que según lo informado, serán demolidas en breve, reubicando a sus ocupantes en celdas ‘normales’.

Lo paradójico del asunto viene a ser, pues, que mientras en las colonias y barrios de las ciudades sonorenses, miles y miles de familias viven en condiciones de extrema pobreza, un sector privilegiado de huéspedes del Cereso, puede tener la oportunidad de disfrutar un apartamento amueblado y refrigerado, donde pasar los días y las noches con más comodidades de las que muchos carecen estando fuera de la cárcel.

Claro, todo tiene sus asegunes, porque eso de concluir que se vive mejor dentro de las prisiones que fuera, es una salida demasiado facilona.

Lo que se está viendo en las ciudades de Sonora no tiene nada que ver con el ejercicio de las libertades, la de tránsito incluida.

Hace apenas unos cuantos días, un par de jóvenes mujeres fueron interceptadas a bordo de los vehículos que conducían, mientras hacían un ‘alto’ en diferentes cruceros de la ciudad. Tipos armados subieron a sus vehículos con aviesas intenciones, y al menos en uno de los casos sus intenciones fueron frustradas, debido a que la conductora aprovechó un descuido de su captor, para salir corriendo y pedir auxilio.

Desde hace rato que en Hermosillo, los principales cruceros se han convertido en espacios donde se ofertan las más variadas mercancías, se promocionan los más sensuales negocios y se ejercen los más bizarros oficios.

Desde los chavos que si te toman desprevenido te sacan un susto cuando avientan desde una botella el chorro de agua al parabrisas, sin previo aviso, hasta el tragafuego y el repartidos de tarjetitas de table dances y salas de masaje que prometen el paraíso en la tierra, de todo hay en los cruceros de la ciudad.

Es común observar ahí a los llamados ‘limpiavidrios’, morros que sobre todo en las calles de la periferia andan con una botellita de agua en una mano, y una con thinner en la otra, con la mirada perdida y dando tumbos entre los carros. Obviamente, esos morros no son los que se avientan el tiro de intentar robar un carro, pues sus fuerzas apenas les alcanzan para mantenerse de pie. Pero el temor y la desconfianza que inspiran sobre todo entre mujeres y niños, es de tomarse en cuenta.

Frente a eso, la autoridad municipal ha emitido recomendaciones muy sabias para prevenir hechos como los vividos por las jovencitas que fueron despojadas de sus vehículos, y que se resumen en dos: “que no anden solas y que no bajen los vidrios cuando hagan alto”.

Estas recomendaciones están a todísima madre, especialmente la última, con la salvedad de que sólo aplica de noche y es válida sólo para mujeres que viajen en autos con aire acondicionado.

Porque resultaría por lo menos incómodo para cualquier persona, llegar a eso de las tres de la tarde al cruce de Solidaridad y Encinas, o cualquier otro de los que en el Hermosillo de estos días pueden pasar hasta diez minutos esperando que avance el tránsito vehicular, y subir los cristales de las ventanillas, cuando el auto carece de clima artificial.

El resultado de una espera en esas condiciones, podría derivar en una tragedia peor que el robo del vehículo, pues nadie que sea de este planeta podría soportar tanto tiempo encerrado en un automóvil donde la temperatura fácilmente rebasa los 50 grados.

Luego entonces, la opción que brindan las autoridades de seguridad pública es por lo menos, limitada y excluyente, nomás para utilizar un eufemismo.

chaposoto67@hotmail.com