El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y la Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) realizan una investigación en ambos países para determinar el origen de un brote de salmonella y, en su caso, la cepa de la bacteria.
“Estamos en una coordinación permanente, con grupos de trabajo de ambas instituciones con el objetivo de precisar la fuente de contaminación y no generar conclusiones antes de realizar la investigación”, detalló el Director en Jefe del SENASICA, Enrique Sánchez Cruz.
Puntualizó que por ahora no se pude atribuir a la papaya mexicana la fuente de contaminación porque de acuerdo con la investigación de las 97 personas detectadas que reportó el FDA, 57 por ciento dijo haber consumido la fruta.
Sánchez Cruz comentó que uno de los principales proveedores de papaya al mercado de los Estados Unidos, Agromod, retiró de manera voluntaria el producto hasta que concluya la investigación de las autoridades mexicanas y norteamericanas. El resto del comercio de otras empresas proveedoras a ese mercado se realiza de manera normal.
Explicó que se efectúa la revisión a la empresa que exportó el producto, así como las áreas de manejo desde su producción, empaque, transporte, almacenamiento y distribución, hasta su llegada al mercado de Estados Unidos.
El titular del SENASICA destacó que ya se invitó a la Secretaría de Salud en México, a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), a participar en la investigación. Cabe señalar que la Secretaría de Salud no ha reportado ningún brote de salmonella vinculado al consumo de papaya en nuestro país.
Aclaró que en cualquier área de producción, empaque o manejo de productos agrícolas, existe un riesgo permanente de contaminación, ya que estas actividades y el proceso primario en campo se realizan en condiciones abiertas en donde se presentan factores de riesgo.
Por esta razón las autoridades sanitarias llevan a cabo acciones permanentes para la reducción de riesgos a través del establecimiento de medidas preventivas en los huertos, la cosecha, el acopio, el empaque y el trasporte, mismas que abarcan la higiene de los trabajadores, los controles en los insumos que se emplean, la calidad del agua de riego y para lavado, entre otras medidas de bioseguridad.
Es importante subrayar que también deberán revisar las condiciones de manejo y distribución del producto dentro de los Estados Unidos.