Por Rodrigo Bours Castelo.
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Vivimos una crisis política y social que ensombrece nuestro futuro; y sólo la confusión que genera, o la conveniencia propia nos impide verla.
Veo el tejido social desvanecerse, veo una sociedad confundida que no encuentra explicación de nuestra circunstancia. La indignante pobreza y la dolorosa violencia que sufre nuestro pueblo, son males que tienen su origen en un sistema que propicia una escandalosa corrupción en todos los niveles de gobierno y que nuestra sociedad, por tantos años, ha padecido y tolerado.
Esta enorme corrupción nos agravia, nos divide, nos confunde, nos desalienta, y nos genera una gran desconfianza.
Aunado esto a los altísimos niveles de abandono escolar y la bajísima calidad educativa, nos impide formar en nuestro pueblo mejores ciudadanos, más libres y con mayores niveles de desarrollo, donde el mérito y el esfuerzo individual obtengan su justa recompensa.
No se trata de tirar la primera piedra, Se trata de dar el primer paso. El gobierno antes de convocar, debe poner el ejemplo. Se trata de conformar un pacto con Cajeme que rescate nuestro sentido de comunidad basado en la confianza entre sociedad y gobierno, soportado en un escrupuloso manejo de los dineros públicos, eficiente, con total y absoluta transparencia, sin opacidad, abierto a la sociedad.
Ningún problema que aqueja a nuestra comunidad (llámese alumbrado, basura, seguridad, desarrollo, etc.) lo resolverá el gobierno si no es rescatando la confianza en este pacto con la sociedad Cajemense. Y este pacto puede empezar ya, si hay la voluntad política para cumplirlo.
No veo otro camino para empezar a acabar con este divorcio, con esta desconfianza entre sociedad y gobierno que nos impide trabajar juntos, y que tanto limita nuestro desarrollo. Sólo así, solidarios unos con otros, protegiendo a los débiles; poco a poco, pero con tenacidad, podremos ir generando las oportunidades y el avance social que hoy evade a muchos por generaciones.
Soy una persona plena y feliz conmigo mismo, con los valores y conceptos recibidos de mis padres. El privilegio de haber tenido una sólida formación académica y 25 años de trabajo en la formación y administración de empresas en esta mi comunidad, me han dejado grandes satisfacciones.
Pero no me siento satisfecho con el estado de la cosa pública. He denunciado y he criticado con fuerza y honestidad aquello con lo que no estoy de acuerdo. Pero en mi intimidad, siento que no ha sido suficiente; que hay que dedicarse y trabajar para que el gobierno mejore. Sé que la política conlleva riesgos y costos personales, pero también sé -porque esa ha sido nuestra formación y nuestra tradición-, que la plenitud de una vida pasa por el servicio a los demás.
Con la firmeza de mis convicciones, sé que no hay individuo o grupo de interés político más fuerte que la sociedad misma, sin otro compromiso más que con la comunidad a la que me debo y que tanto quiero, estoy dispuesto a dedicar tres años al servicio público para, colaborar en reconstruir ese sentido de comunidad que con orgullo antes tuvimos.
¿Hasta qué grado lo podremos lograr? No lo sé, dudo sea tarea fácil, pero creo que bien vale la pena intentarlo, porque sobre todas las cosas, soy un hombre de fe.
Lo he decidido así, por mis principios y porque estoy convencido que miles de Cajemenses los comparten. Lo hago, porque quiero generar junto con la militancia, simpatizantes y la comunidad, una opción ciudadana. Aspiro a ser una opción ciudadana del PRI, abierta a la Sociedad, alejada de decisiones cupulares que benefician a la burocracia partidista o a políticos tradicionales. Porque quiero ofrecer a la ciudadanía una clara opción política.
Creo en mi Partido, en su base social y en su arraigo histórico. Impulsemos su capacidad de cambio para superar las inercias y retos que aquejan no sólo al Partido, sino a nuestra Patria entera. Porque ni el País, ni el PRI le pertenecen a encumbrados pasajeros. Ellos, como todos, nos debemos, a todos aquellos quienes, por décadas, con honestidad y esfuerzo, se han ganado el respeto en nuestra sociedad, y que con ello, han forjado nuestra Patria.
Elijamos, en términos claros, qué es lo que queremos y en qué creemos. ¿Vamos a participar en la política del cinismo o en la política de la esperanza? Si habremos de transitar, con visión y con audacia, por el camino de la esperanza, cuéntenme entre los suyos.
Pronto, expresaré cómo sería un gobierno municipal ciudadano, con visión y propuestas en beneficio de Cajeme. Espero que entonces, se tomen a bien mis intenciones.