EL ZANCUDO, NO MATA,PERO HACE RONCHA.

Por Redacción Ago 8, 2011

Dónde está Francisco García Gámez?

08/Agosto/2011

Dos veces alcalde de Cananea y una vez diputado local por el Partido Acción Nacional, Francisco García Gámez se integró tardíamente al gabinete del Nuevo Sonora, haciéndose cargo de la Dirección General de Autotransporte, donde relevó a Ricardo Ornelas, que a su vez fue puesto al frente del Sistema Estatal Penitenciario.

A Ornelas se le consideró entonces un tipo de mano dura en las negociaciones con los concesionarios del transporte urbano, reacios a asumir los cambios que implicaba el programa de modernización en esa área; García Gámez, en cambio, se consideraba un tipo más conciliador, más proclive al diálogo como vía para solucionar conflictos.

A él le tocó lidiar con la llamada ‘primera etapa’ del Bus Sonora, en la que se generó todo un caos, especialmente con la entrega de tarjetas prepago, aunque en descargo habría que señalar que su participación en ese accidentado proceso fue mínima, ya que la principal responsabilidad corrió a cargo del Fondo Estatal para la Modernización del Transporte (Femot), que dirige Víctor Alcaraz Bernal, a quien de plano se le hizo bolas todo el engrudo, pero es de los que pueden regar el tepache cuantas veces quiera, sin que le toquen un pelo. Ventajas de la parentela, por supuesto.

Lo peor del asunto, es que comienzan a correr versiones en el sentido de que García Gámez no sólo no metió las manos en este asunto, sino que las tiene atadas prácticamente en todos los temas que competen a la dirección a su cargo, pues son otros los que llevan las riendas, haciéndolo a un lado.

Ignoro hasta dónde tengan veracidad esas versiones, pero lo que es incontrovertible, es que el servicio de transporte urbano en las ciudades donde se puso en marcha el programa de modernización, sigue siendo un asco.

Los camiones siguen en mal estado y deteriorándose cada día; muchos de ellos no cuentan con el publicitado sistema de refrigeración, y la gente sigue viajando como sardinas, porque las rutas no se cubren en tiempo y forma. Los usuarios se quejan cada vez más del servicio, sobre todo aquellos que aún no tramitan su tarjeta prepago, y tienen que cubrir el costo de pasaje a siete pesos, cuando las condiciones del servicio tienden a empeorar, en vez de mejorar.

Los concesionarios, por su parte, se escudan en el argumento de siempre: no tienen dinero para reparar las unidades, y ahora la situación es más complicada, porque no son ellos quienes administran los recursos de las empresas integradoras, sino el mismísimo Femot, ya que así fue el acuerdo que firmaron con las autoridades estatales, y con lo que presuntamente se le daría mayor transparencia al manejo de esos  recursos.

Por otro lado, de aquella autorización que acordaron los diputados de la actual legislatura, para que el gobierno estatal solicitara un crédito de hasta 600 millones de pesos para aplicarse sobre todo en el servicio de la deuda contraída por los concesionarios con la empresa que les vendió las unidades, no hay absolutamente nada.

Prácticamente todos los concesionarios que adquirieron unidades nuevas (cerca de 400), están endeudados hasta el cuello, y ya han comenzado los requerimientos, algunos de los cuales vienen acompañados de advertencias de embargo, lo cual los trae con el Jesús en la boca.

En resumen, el servicio de transporte urbano en Hermosillo, Navojoa y Ciudad Obregón se encuentra en uno de sus peores momentos, y no se ve por dónde se puedan resolver los problemas más apremiantes, salvo que se le dé continuidad al proceso de municipalización del servicio, que es por donde inicialmente se veía una salida. Pero incluso así, no se garantiza que las cosas mejoren.

En la Dirección del Transporte, mientras tanto, entre los muchos asuntos que esa dependencia debe abordar, destaca el de los camiones urbanos, pero si es cierto que a Francisco García Gámez le tienen atadas las manos, pocas son las esperanzas de que las cosas se compongan. Más aún, ya hay voces pidiendo que a esa Dirección regrese Ricardo Ornelas. Ahí se las dejo.

Una de las que guisan

Desde la esquina noroeste del estado, llegan reportes de que a los estrategas del Partido Acción Nacional no les gusta comer de las que guisan, y han enderezado sus baterías contra el alcalde de San Luis Río Colorado, Manuel Baldenebro, cuestionando el carácter ‘electorero’ de su programa de reparto de mochilas gratuitas a más de 27 mil estudiantes de primaria, kínder y educación especial.

Se quejan, los blanquiazules, de que las mochilas son rojas, pero los tricolores responden que el gobierno del PAN no tiene los derechos reservados para publicitar sus colores y logotipos en, por ejemplo, los uniformes escolares que reparte por millones en todo el estado.

 

El alcalde de San Luis Río Colorado andará por Hermosillo este lunes, y seguramente hablará de este tema.

 

Desde aquellas lejanas tierras también llegan noticias, pero estas infaustas. En las redes sociales comenzó a circular la tarde de ayer, información que daba cuenta del fallecimiento del profesor Ramón Manríquez Guluarte, veterano militante de izquierda que estuvo luchando hasta el final contra una enfermedad que finalmente acabó con su vida.

 

El Comandante, como le llamaban sus cercanos, era Secretario General del Partido de la Revolución Democrática en Sonora, actualmente presidido por Jesús Bustamante Machado, cuya salud es también precaria después de que hace algunos años sufriera un accidente automovilístico en el que milagrosamente salió con vida.

Ramón Manríquez estaba casado con Petra Santos Ortiz, quien fuera candidata del PRD al gobierno del estado en 2009; ambos habían bajado mucho su perfil en las lides políticas desde entonces. Descanse en paz.

Aniversario

Hoy se cumple un año de aquella marcha que en Hermosillo, organizamos los periodistas para, entre otras cosas, exigir condiciones de seguridad para el ejercicio de la profesión. La movilización de aquel 8 de agosto fue una réplica de la que ese mismo día, en varios estados del país, llevaron a cabo los y las colegas, después del secuestro, en Durango, de tres periodistas, a manos del crimen organizado.

Se dijo que la marcha en Hermosillo sería el inicio de una serie de trabajos orientados a organizar al gremio en torno a demandas muy específicas, pero después de eso, todo quedó, como en anteriores ocasiones, en el olvido. Lástima.

chaposoto67@hotmail.com

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