El mena estrena riñón
29/Agosto/2011 Pues como no hay plazo que no se cumpla ni trasplante que no se llegue, el colega y amigo Alejandro Mena amaneció este domingo estrenando riñón.
Un trabajo magistral el que hicieron los médicos, enfermeras y personal del Hospital General del Estado, comandados por el cirujano Ernesto Duarte Tagles, director de trasplantes y por lo visto, no sólo una mano santa en el quirófano, sino un ser humano ejemplar, dentro y fuera del hospital.
El urólogo José Solís Rodríguez y el nefrólogo Abel Puente completaron el equipo médico que trabajó durante más de seis horas en el quirófano para realizar la complicada operación de trasplante de riñón, que concluyó exitosamente. Tanto, que a la mañana siguiente el Mena ya estaba chingando la borrega, hablando por celular y riendo a carcajadas de sus propios chistes.
“Nunca”, comentó Angelita Arvallo, la señora que se encarga de la asepsia en el área de trasplantes, “había visto un paciente aquí que se recuperara de esta manera”. Y vaya que la señora habrá visto de todo, en las camas del Hospital General…
Ni qué decir de la enfermera Aída Valencia Quijada, una mujer excepcional, entregada a su trabajo al cien por ciento en jornadas que van de las siete de la mañana a las nueve de la noche.
También de manos santas, y también un ejemplo de entrega y profesionalismo, a ella le tocó atender al Mena en primera etapa de recuperación y me tocó verla de aquí para allá, revisando monitores, mangueras, suministrando los medicamentos, ordenando radiografías, supervisándolo todo con verdadero interés para que todo saliera bien.
A las 00:37 horas del sábado 27 de agosto, Alejandro fue despertado por una llamada telefónica. Era el doctor Duarte Tagles, para informarle que ya tenían el riñón; que se preparara porque a las seis de la mañana tendría que estar en el hospital para los trabajos preparatorios de la cirugía. Ya no pudo dormir, el Mena.
Y es que desde hace un par de años que al colega le ha pasado de todo. Desde un infarto hasta las complicaciones de la diabetes y la insuficiencia renal que lo obligaba a acudir periódicamente, primero cada semana y luego cada quince días, a las sesiones de hemodiálisis que entre otras cosas lo condenaban a sorpresivos y dolorosísimos calambres por la falta de potasio en su cuerpo. Personalmente me tocó llevarme un susto bastante regular, cuando eso le sucedió una madrugada en un hotel de Ciudad Obregón, a donde habíamos acudido a cubrir una gira de Ernesto Gándara.
El viacrucis de Alejandro comenzó desde octubre de 2009, cuando sufrió un infarto que lo llevó a recorrer de punta a cabo los hospitales de Hermosillo; a familiarizarse con médicos y enfermeras, con el nombre de las medicinas, enfermedades, terapias y tratamientos. A morir un ratito en el quirófano del CIMA, donde fue intervenido de su afección cardíaca. Luego vendría lo del riñón y sus secuelas terribles.
El pasado 19 de noviembre, su madre (o sea la del Mena, no la de usted, cardiaco lector, hipertensa lectora) habló personalmente con el entonces presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, para pedirle intercediera ante las instancias correspondientes, a fin de agilizar los trámites, procedimientos y protocolos exigidos para llevar a cabo el trasplante. Y es que Alejandro se desempeñó, durante los seis años del gobierno de Beltrones, como su fotógrafo de cabecera, ganándose el aprecio y la amistad del encumbrado político.
El senador hizo lo conducente, girando instrucciones a personal a su cargo, para que las cosas fluyeran más aprisa, ya que una operación como la requerida, y sobre todo los protocolos para ello, en México, puede ser suficientemente tardada como para que pasen años, y hay casos en que los trámites funerarios llegan antes que la orden de admisión para la cirugía. Aunque suene fúnebre.
En este camino, Alejandro también se acercó a la diputada local Leslie Pantoja, la principal promotora de la Ley de Donación de Órganos y que también estuvo pendiente de la evolución de este caso, desde el principio. De hecho, ella fue quien lo contactó con el doctor Duarte. Otro que ha seguido de cerca la evolución de Alejandro, es el coordinador parlamentario del PAN, Enrique Reyna Lizárraga, lo mismo que el ex gobernador Eduardo Bours, con quien el veterano fotógrafo también trabajó durante los seis años de su mandato, y cultivó una buena amistad.
También el diputado federal Samuel Moreno, entre mucha gente a la cual agradecer las atenciones, y que el Mena me pide hacerlo a través de este espacio, para informarles también que su proceso de recuperación avanza muy bien.
Desde luego, merece una mención especial el doctor Jesús Renato Sais Velis, médico homeópata y biocibernético, que en Tijuana dejó al Mena listo para la operación, atendiéndole su diabetes y revitalizando órganos clave para que no fueran a fallar durante el trasplante.
Ayer domingo por la mañana estuve con el Mena, y se veía francamente bien. Más que bien, considerando que no dejó de bromear y de reír durante el tiempo en que conversamos a través del cristal de la ventanilla, ya que al cubículo donde se encuentra sólo dejan entrar al personal médico y de enfermería.
Ahí estaba también doña Carmen, su madre; sus hijas Alexandra y Ana; hermanas y familiares siempre pendientes. Y ahí estarán seguramente durante los próximos tres días, que es el lapso que tiene que ocurrir después de la operación, para saber si su organismo asimiló el trasplante con éxito, como esperamos así sea.
En vía de mientras, el Mena sigue conectado a ciertos aparatos desconocidos para el simple mortal que es este Zancudo, pero que tienen muchos foquitos y emiten ruiditos intermitentes que luego ponen nervioso a cualquiera.
También está conectado a varias mangueras a través de las cuales le suministran medicina y sueros, aunque cualquiera sospecharía de que le están metiendo algún tipo de dopaje, pues al colega no le para la boca y se la pasa agarrando cura de todo.
Y en vía de mientras, uno también cruza los dedos y hace votos para que todo salga bien, y de una vez por todas acaben los suplicios por los que ha tenido que atravesar este bárbaro, y vuelva a andar por estas calles de Dios sin andarle metiendo tantos sustos a la gente. Y sin andarse asustando él mismo con todo lo que le pasa, porque eso de andar literalmente con el alma en un hilo, no es algo que se le desee a nadie.
Por sí o por no, para familiares, amigos y conocidos que quieran enviarle un saludo, les dejo su número telefónico a sugerencia suya. También a sugerencia suya, les encargo que se reporten con algo más que un saludo, porque en su más reciente ingreso al quirófano, antes de esta, se reportó mucha gente, pero luego resultó más difícil curarle los moretones en la espalda que le dejaron con tanto abrazo, que el mismísimo trasplante… jejeje…
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