Manuel Fernando López
Conocí y supe de su padre—Roberto– hace años, cuando éste era –y es—reportero en su natal Guaymas y, a la postre siendo yo, director de corresponsales en el desaparecido periódico El Independiente, colaboró con nosotros, naciendo una fuerte amistad desde entonces.
¿Por qué lo anterior?: porque su hijo, Jesús Antonio Dike García, busca con toda justicia y dignidad, ser candidato de Morena para diputado local por el distrito X de esta capital; distrito donde radica hace tiempo y, en consecuencia lo conoce perfectamente.
No es un improvisado ni advenedizo que como tantos en dicho movimiento creado por el iluminado de AMLO, lograron diversas posiciones, desde diputaciones federales, locales, senadurías, alcaldías y, hasta gubernaturas.
Muchos de tales personajes, ignorantes, incultos hasta la pared de enfrente sobre el quehacer y las formas políticas; llegaron a una mina, sin esfuerzo alguno, arrastrados por la ola y, sobre todo por la animadversión a los anteriores gobiernos; esta es la verdad.
Conste, existen excepciones a la regla como en todo; de ahí que este joven, economista egresado de la Universidad de Sonora y, con master en lo mismo, incursionó en la política más que nada por la cercanía de su padre reportero y, a la postre llegó como asesor de Armando Moreno Soto, actual regidor por Morena en el ayuntamiento de Hermosillo.
La verdad, a estos jóvenes hay que apoyarlos, representan sangre nueva, con ideales limpios, aún sin contaminar por tanta inmundicia de políticos corrompidos hasta el tuétano, depredadores de erarios, sin importarles las siglas partidistas: son ellos, luego ellos y finalmente ellos.
Son muchos de tales personajes, coloquialmente hablando “cachoras muy apedreadas”, que aún cuando amasaron fortunas y privilegios a la sombra del poder en turno, pretenden como la bíblica mujer de Lot, continuar volteando hacia atrás, extrañando un ayer que no volverá.
Si usted lector, piensa que uno de ellos puede –o es—el ínclito Bulmaro Pacheco Moreno, no se equivoca: ahora rasga sus vestiduras y dáse baños de pureza, gritando al futuro ganador del gobierno estatal – excepto Alfonso Durazo Montaño– ¡aquí estoy!”.
Adelante Jesús Antonio, tu lucha apenas inicia.