Manuel Fernando López
Nogales, Sonora.- La panorámica al ingresar al bulevar Luis Donaldo Colosio es impresionante; una obra digna de envidiarse en la misma capital del Estado: es, en pocas palabras la rúbrica del alcalde Jesús Pujol Irastorza, tras agotadoras y difíciles jornadas con funcionarios del gobierno federal para lograrla en bien de los ciudadanos.
A la par, alejó la vergüenza que se arrastraba con el vecino país; era un auténtico viacrucis tanto para automovilistas y en especial para los sufridos transportistas de cargas diversas, con destino al imperio del norte.
Sin embargo –nunca falta el clásico “pero”—el escenario cambia en forma brutal, cuando por diversos azares, se requiere utilizar el servicio de transporte urbano: para llorar y santiguarse, sin faltar las maldiciones por el abandono de la Dirección de Transporte del Estado.
Auténticas chatarras, camiones que de aplicarse la ley a los concesionarios, hace mucho tiempo estarían en los yunques listos para fundirse y, dejar de contaminar no solo el medio ambiente, sino ser auténticos focos de infección ideales para la propagación del letal Covid 19.
Quien esto escribe en compañía de Carlos Armando Briones, tuvimos el valor de subirnos a uno, rumbo a la central camionera sin saber en la pesadilla que nos meteríamos en un recorrido de horror.
Más de cien personas arriba del armatoste en mención y, como se fuera de elástico, el conductor seguía subiendo más y más gente; la mayoría sin cubrebocas: todos, viéndonos de reojo, ante el espanto de contraer el mortal virus.
Harto de ésto y la lentitud de desplazamiento, grité ante la carcajada general : “¡Bajan por piedad!”, preferimos caminar bastantes cuadras para llegar al destino, antes que seguirnos exponiendo por tanta infamia permitida contra los indefensos usuarios.
¿Qué hace al respecto el titular de salud estatal, Enrique Claussen Iberri al respecto: aparecer a diario en los medios de información llamando al uso de cubre bocas y resguardarse en casa; Nogales al parecer no existe en su agenda.
Si no existe para el oriundo de aquí, el secretario de gobierno Miguel Ernesto Pompa Corella, dejando hacer y deshacer a los eternos “pulpos” del transporte, que siguen chupando la sangre de los usuarios nogalenses, menos para el primero.
Conste que si traíamos para el taxi.
¡“Bajan por piedad…”!