Juego de traidores: El Código

Por Redacción Jul 30, 2021

Manuel Fernando López

Que país este, hubiera sido la delicia de Cantinflas –o tormento—por cómo lo, que ayer se dijo, mañana se desdice y, lo peor, en detrimento de los ciudadanos cada vez más avasallador por el poder brutal de un sicópata como Andrés Manuel López Obrador, cada vez más encarrerado a reelegirse como presidente de este país.

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Con la llegada del “gringo” como le dicen en Baja California, al aún gobernador Jaime Bonillas Valdez, los ciudadanos más que hartos del cobro criminal e ilegal de la caseta “Playas de Tijuana”, que en momento determinado quedó atrapada en el casco urbano y, donde los residentes de Rosarito y Ensenada, amén de Tijuana, debían pagar la cuota para cruzarla, así fuera para llevar a los hijos a la escuela o al supermercado, el exigieron a Bonillas terminar con dicha infamia y vergüenza.
Apoyado entonces –Bonilla- por el candidato a la presidencia y, donde prometer no empobrece, les prometió a los tijuanenses eliminar dicha caseta y, lo cumplió: fue un seis de julio del 2002 cuando basado en la autonomía que le confiere la constitución, decretó eliminar la misma y, aquello fue una auténtica fiesta para los sufridos ciudadanos.
Pero –siempre hay uno—el gozo se fue al pozo, pues el sicópata de AMLO en contubernio con la mafia de Capufe, argumentando que Bonilla como gobernador carecía de facultades para emitir el decreto anterior y, volvió la injusticia y canallada contra el pueblo al que dice amar y, lo llama “sabio”.
Peor aún: hace apenas unas horas una juez federal corrupta, decidió citar a los activistas que desde siempre han luchado por eliminar dicha infamia, una concesión que hace muchos finiquitó: su argumento es uno solo y, es quedar bien con “el poder de la mafia”, parafraseando a AMLO.
Pues bien, sin deberla ni temerla, esta funcionaria federal insensible, ordenó que David Rubio, Polo Bejarano y Rubén Vega fueran citados al Poder judicial de la Federación –¡un año después—para hacerlos responsables de haber obstruido la mencionada caseta y, demás idioteces.
Bien dice David Rubio –video inserto—que él y sus compañeros, jamás dañaron dicha caseta, jamás hubo violencia y, menos aún que ellos y otros ciudadanos inconformes hayan levantado las “plumas” aquel día.
En estricta justicia la juez en mención debería citar a comparecer a Jaime Bonilla y funcionarios que le acompañaron en la fecha de liberar la caseta y, donde sobraron los discursos –hay grabaciones—principalmente del gobernador, alabando el apoyo de López Obrador para los ciudadanos.
Pero no: cúmplase la ley en los bueyes de mi compadre, no en los míos; tanto el aún gobernador como AMLO han cumplido a la perfección su papel -se les da muy bien—de traidores y faltos de palabra ante esta situación, donde ciudadanos respetuosos de la ley han hecho su labor.
Ellos no, les vale; son tal para cual.

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