Manuel Fernando López
Cierto, he sido un crítico feroz de Ramón Angel Flores Robles, quien viniera a suceder a Jaime Moreno Berry –tras ¡24 años!—en la dirigencia estatal del PT, un partido amorfo e inmerso en la inercia, donde esporádicamente llegaban triunfos muy escuálidos y, sin voz ni influencia en el acontecer político de Sonora.
Hoy, al fin reportero –siempre privan los hechos en este oficio y, los señalamientos en su contra, son materia de autoridades electorales—debo admitir la excelente mano zurda del originario de Arivechi, para posicionar las siglas de su partido en el escenario político estatal.
Vean los logros en la contienda electoral reciente: cuatro diputaciones locales –tres por la vía constitucional y una por la plurinominal – amén de ocho presidencias municipales y en consecuencia de regidurías.
Son: Arivechi, Opodepe, Cumpas, San Ignacio Río Muerto, Carbó, Banámichi, Bacadehuachi y Benjamin Hill; así de fácil y, que sin lugar a dudas para Alfonso Durazo son fundamentales para apoyarlo en las reformas constitucionales para el estado de Sonora.
Hoy por hoy, el PT es factor político y, dependerá su quehacer en los distintos puestos a donde llagaron para fortalecer tales siglas y seguir creciendo; si fallan, les llegará la factura correspondiente.
¡Alea jacta est!.