Manuel Fernando López
Aún cuando el apodo del “buitre” pudiera parecer peyorativo, porque a este animal lo asocian como carroñero; es todo lo contrario en la naturaleza: es un limpiador nato y, como tal busca llevar al aplastado y vilipendiado PRI, dejado en las ruinas, en primera instancia por la aún gobernadora Claudia Artemisa Pavlovich Arellano –“todo se lo debo a Manlio”—y en segundo con la plena connivencia del ex niño mimado de Eduardo Bours Castelo, Ernesto de Lucas Hopkins, “El Pato”.
Este si, como tal, supo nadar en las aguas procelosas del PRI, al que llegó para dirigirlo –¡?—y, ahora como tantos otros vividores, logró llegar al Congreso del Estado, para seguir “mamando” otros tres años como diputado local y “no vivir en el error”.
Claro, mejor aún, al igual que la otra “trepadora” Natalia Rivera Grijalva, llegan por la vía de las “peladas” : la purinominal; a cual más de léperos.
La primera, luego de colgarse de aquel movimiento de los “mal nacidos” , para pasarse seis años de lujo y prebendas económicas a la sombra protectora de su jefa, la insensible y frívola gobernadora; el segundo, que “olvidó” el insulto contra Manlio Fabio Beltrones al tacharlo de corrupto y, que debió tragar sapos ante el poderoso político sonorense, demostrando que pertenece a los invertebrados y, saben arrastrarse sin pudor alguno.
Hoy, por si fuera poco todo lo que logró Natalia, tiene la desfachatez de erigirse como la sucesora del mediocre “Pato” al frente del PRI, hablando de cosas que no conoce; todo en aras de que el partido siga como agencia de colocaciones de Claudia Pavlovich Arellano y, de sus incondicionales, ante el fuerte ajuste de cuentas que viene.
En el fondo, la aún gobernadora y sus adlatares, tras entregar al partido al tsunami que llegó, quieren seguir controlando para sus intereses espurios al otrora orgulloso PRI, del cual, la mayoría de quienes “vieron la luz” , militaron, incluyendo por supuesto a AMLO y al propio Alfonso Durazo.
Obviamente en esta debacle fue factor clave Miguel Ernesto Pompa Corella, secretario de gobierno de su pariente Claudia, ahora flamante notario público en franco y aberrante tráfico de influencias desde el poder; atrás quedaron decenas de aspirantes con más derechos y sobre todo preparación.
Por si la embestida de Claudia, no fuera suficiente con Natalia Rivera, hay dos personajes más haciendo el “caldo gordo” para lograrlo: el empleado del “potrillo”, Pascual Soto y su escudero Eduardo Campas, “el campitas”, quien trabajara en su momento con Ernesto Gándara Camou, siendo este alcalde de Hermosillo.
“No la malician” dicen los jóvenes de hoy; pero han topado con pared con un hombre inconforme –en primera instancia con su primo “El potrillo” – llamado Humberto Robles Pompa y, quien de cabo al rabo se la rifó con Ernesto Gándara Camou para ser gobernador .
El “Buitre” es fiel ejemplo de aquello : “Lo que natura no da , Salamanca no presta…” y, está decidido a rescatar al partido de sus amores de estos depredadores voraces.
¡Alea jacta est¡