Manuel Fernando López
Definitivamente este país es para volverse loco en todos los sentidos, especialmente en el asunto de las casetas de robo—perdón, de cobro—tomadas hace más de tres años por integrantes del Movimiento por el Libre Tránsito en Sonora, siendo su principal vocero y fundador del mismo, Alfonso Cannan Castaños, actual director de Bienes y Concesiones del gobierno estatal y, quien debido a esta responsabilidad otorgada por el gobernador Alfonso Durazo Montaño y, porque así lo establece la ley, se ha deslindado de la lucha.
Ojo: al menos físicamente, porque antier con la liberación de otras tres casetas en la entidad y, para rabia de muchos vividores, quienes aprovecharon la “recta” y la bondad de tal lucha para llenar sus bolsillos, fue invitado al acto y se le otorgó un reconocimiento por lo anterior.
Claro, “tragando sapos” figuran el “chucho” – como tal, le encantan los “huesos”—René Noriega Gómez –“mi gran amigo” le llama Cervando Flores Castelo, representante de la Segob en Sonora– Humberto Rendón y, por supuesto el gran lépero Florentino Vásquez; ahora sin ingresos frescos a sus cuentas personales.
No ajeno a este logro de liberación es sin lugar a dudas, el ahora alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano, quien justo es mencionarlo, desde la tribuna en el Congreso dela Unión, como diputado federal, siempre brindó su apoyo a la citada lucha, amén del ahora gobernador Durazo Montaño, a quien se le debe el “no garrote” para los manifestantes por su intercesión con AMLO.
Bien por todo lo anterior, pero –siempre hay uno en toda historia—cuando creíamos que la normalidad regresaba, sobrevino el caos en toda y cada una de las casetas liberadas; en términos generales por falta de información, tanto que hasta accidentes mortales contra elementos de la Guardia Nacional estuvieron a punto de ocurrir.
Consecuencia de todo esto, fue que a los automovilistas en su mayoría los hicieron entrar en una zona de confort y, a dar “lo que sea su voluntad” a los vivales en las casetas; la ley debe imperar –“dura lex, set lex”—y, la única alternativa, sobre todo para los sonorenses con vehículos, es que tramiten el holograma como residentes y, evitar el pago, que sigue siendo abusivo.
Pregúntenle sobre este caos, a mi amigo y hermano Juan Pedro Salazar Siqueiros, quien quizás haya contraído diabetes por cerca de cuarenta minutos para poder una caseta de cobro; ni modo amigo, debes tramitar el holograma.