Expediente
Manuel Fernando López
Crecimiento brutal
Ayer al acompañar al presidente de esta capital, el panista Javier Gándara Magaña a la entrega de una obra de pavimentación en la colonia Nueva Ladrillera, allá por el norponiente de la ciudad, es increíble contemplar el enorme crecimiento de esta ciudad y, en consecuencia el dilema cada vez mayor de quienes la gobiernan –hasta el momento pertenecientes al PRI y al PAN exclusivamente—para proporcionar los servicios que demandan los nuevos asentamientos urbanos.
Cierto que este alcalde ha hecho mucha obra en pavimentación y, que como pocos de sus antecesores tiene ante si la terrible sequía que azota la entidad, pero ciertamente los requerimientos son muchos y, como siempre ocurre, los dineros son pocos para dicha cobertura y, de paso abatir las inmensas y dañinas polvaredas que cubren el cielo de Hermosillo, por las tardes, penetrando en las casas y en los pulmones de sus habitantes.
Ejemplo de dicho esfuerzo son el popular y populoso barrio El Palo Verde, donde ayer por la tarde entregaría más pavimento; un barrio colocado casi a la entrada de la ciudad cuando usted viene del sur de la entidad, mientras que el de la mañana, se encuentra cerca del panteón municipal o para mejor seña, del aeropuerto internacional Ignacio Pesqueira.
Las indicaciones anteriores se derivan de un viejo problema donde ciertamente la comisión de nomenclatura de cada administración que ha pasado por el ayuntamiento no ha puesto orden al momento de colocar los nombres de las arterias y, no pocas ocasiones los mismos residentes de esta ciudad, no saben llegar a determinados sitios ni con mapas en las manos.
Existen calles con nombres repetidos y, ya no decir de los números en las casas en un auténtico caos y falta de respeto: lo más peligroso es que la ciudad continúa creciendo en forma monstruosa y, no hay señales de meter orden en la nomenclatura.
Porque sinceramente no creemos que alcancen todos nuestros “héroes, heroínas y prohombres” para poder colocar sus nombres en tantísimas calles; tan cierto es lo anterior es que en el colmo del humor mexicano, para no complicarse la existencia, abundan también las calles y callejones con el nombre de “sin nombre”,
Tan fácil que era guiarse por el modelo urbanístico de Ciudad Obregón o en su defecto de la fronteriza Agua Prieta, donde no se complicaron la existencia, ni enfrentaron a la ciudadanía a la hora de elegir “héroes” : simple y sencillamente enumeraron las calles y, la mar de fácil para localizar cualquier dirección, aún para quien no sabe contar.
Total, el caos continúa y, no se mira por dónde la Comisión de Nomenclatura, vaya a cumplir con su responsabilidad y tratar de poner algo de orden en tan importante aspecto para una ciudad y, más cuando es la capital del estado.
La única esperanza que existe es que Javier Gándara ponga atrabajar a las dependencias encargadas y avancemos a la claridad y dejemos atrás los hermosillenses tanta confusión y enredo en las calles naranjeras, porque si los que llevamos casi toda nuestra vida en esta ciudad, batallamos pero en serio, imagine usted un visitante. Y cuidado, porque así iniciaron monstruos citadinos como el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey, entre otras ciudades, todo por no actuar a tiempo en tan importante aspecto.
Cuán difícil resulta poder definir quién de nuestros antepasados reúne ciertamente los méritos para que sus nombres, sean plasmados en tal o cual calle, pues hay cada “fichita”, que hasta de la memoria deberían ser borrados.
Pero en fin…que siga el caos y la anarquía. Tengamos fé que no.
Munro ya es secretario de Estado
Bueno, finalmente Ernesto Munro Palacios, es ya secretario de Estado, luego que en el municipio de Tubutama, el pleno del Congreso del Estado, aprobara lo que días antes hicieron los integrantes de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, encabezados por Bulmaro Pacheco Moreno.
Esperemos que una de sus primeras preocupaciones como tal, sea brindar seguridad a los habitantes de dicho municipio, quienes ayer no podían creer el enorme despliegue de fuerzas en tal lugar que les hicieron creer que las cosas van a cambiar para bien de todos.
Ojalá.