El Código
Manuel Fernando López
Pero no se emocionen amigos; ni por asomo el inmenso escritor francés, al menos en alguno de sus libros ha llegado a la “cueva de alí babá”—perdón, a Bienes y Concesiones del gobierno estatal, donde ahora despacha el patán egocéntrico de José Pablo Rubio.
No, se trata de un viejo conocido en las lides de la burocracia: Victor Hugo Moreno Chacón, quien fue rescatado por Rubio de estar viviendo en el espantoso mundo del “error”; fuera de la teta presupuestal pues.
Lo nombró director de bienes públicos, tras haber sido director jurídico de esta dependencia en tiempos de Armando López Nogales y Eduardo Bours.
Pesa sobre sus hombros como tal, el despojo brutal cometido en los terrenos aledaños de la presa Abelardo L. Rodríguez, para favorecer –como siempre –a la poderosa oligarquía sonorense para construir sus fincas, mientras a los eternos jodidos, que sigan batallando por obtener un terreno y fincar un patrimonio.
Tampoco es ajeno a la otra infamia en la guardería ABC y, hoy regresa nada menos como asesor de Pablo Rubio para el otorgamiento de licitaciones, comodatos y venta de inmuebles del patrimonio público.
Junto a este sujeto, el coordinador ejecutivo, trajo consigo la dependencia a varios tipos de la ciudad de México, quienes tratan a los empleados en forma estúpida y prepotente; es el problema de comer carne sonorense y tortillas “sobaqueras”,
Rubio, está adjudicando contratos de manera directa, con presupuestos inflados y, licitaciones otorgadas a empresas “fantasmas”.
Todo, a espaldas de un gobernador que prometió no habría “rata” alguna en su gobierno y, menos aún farsantes.
En bienes y concesiones tiene a varios de éstos, a ver cuánto los tolera,
“¡La suerte está echada!”.