En la entrega anterior planteamos que en los últimos años hemos entrado a una nueva fase de la globalización; la pandemia y la invasión a Ucrania han empujado al mundo hacia una nueva época. Este nuevo escenario afronta seguramente un camino difícil, repleto de problemas potencialmente persistentes. Sin embargo, en este nuevo concierto internacional hay una ventana de oportunidades de crecimiento para países subdesarrollados, especialmente para la economía mexicana.
Además, señalamos que la pandemia puso en evidencia que la deslocalización, vieja etapa de globalización, puede ser muy poco funcional ante ese tipo de escenarios. Por ello, el contexto actual demanda la relocalización o nearshoring de los lugares de producción. El sector industrial, especialmente el textil y el tecnológico, necesita corregir las interrupciones en la cadena de proveedores, y precisamente la apuesta por volver a ubicar la producción en los países en los que se ubican las empresas se denomina relocalización. El nearshoring es una estrategia de externalización; es decir, cuando una empresa transfiere parte de su producción a terceros que se ubican en otros países, pero que se encuentran en destinos cercanos y con una zona horaria semejante a la del país de la empresa. El objetivo es que la producción no se vea obstaculizada por problemas en la cadena de suministros, y al igual que con el offshoring, busca reducir los costes de producción y logística al máximo.
También expusimos que Santa Catarina, un municipio de Nuevo León con menos de 310,000 habitantes, se prepara para recibir la nueva planta de Tesla. El multimillonario Elon Musk y el presidente Andrés Manuel López Obrador llegaron a un acuerdo para que la empresa instale allí su nueva fábrica, capaz de producir hasta un millón de autos eléctricos al año, con una inversión cercana a los 5,000 millones de dólares. El espacio geográfico elegido por Musk no es al azar, y aunque no está en Estados Unidos, se encuentra a solo 380 kilómetros de Austin Texas, epicentro de las operaciones de Tesla. Estamos ante el mejor ejemplo de nearshoring de esta nueva etapa de la globalización.
Esto ha motivado que varios sectores como el tecnológico, el del metal, el eléctrico o el electrónico quieran beneficiarse, y para muchas empresas asiáticas México también está siendo la puerta de entrada al mercado estadounidense. Según datos de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), solo en el último año se construyeron 47 nuevos parques industriales en el país, y las estimaciones apuntan a que el nearshoring generará 30,000 millones dólares en México en este 2023.
Ante la reconfiguración de las cadenas globales, México ofrece muchas ventajas en velocidad y costo que están claramente relacionadas con la gestión de la cadena de suministro y la cercanía geográfica, y que permite el uso de carreteras, ferrocarriles y puertos del país vecino. Esto reduce considerablemente los tiempos en toda la cadena logística, con costo más competitivo del capital humano, y con menos diferencias culturales.
En esta entrega se analizará el potencial de México y de Sonora ante este nuevo concierto internacional, y se abordarán algunas de las interrogantes que se plantea a nivel nacional como las siguientes: ¿Es necesario diseñar una política industria que permita que el nuevo proceso de localización de la Inversión Extranjera conformada en clústeres generen los spillovers o “derrame tecnológicos” en beneficio del bienestar de las empresas locales?, ¿Es necesario iniciar la transición energética como elemento clave para el desarrollo de esta nueva etapa de la globalización?, ¿Tendremos la capacidad de alinear todos los sectores y niveles para convertirnos en líderes de un nearshoring sostenible?
Sin duda, el nearshoring sostenible es una gran oportunidad para México y Sonora, y el gran reto es que genere valor económico, social y ambiental, simultáneamente.
Los potenciales clientes de los mercados de Norteamérica y Europa se encuentran en proceso de transición a cero emisiones netas, y por ello las inversiones y políticas energéticas de México podrían hacer la diferencia y abonar en la consideración del cambio de las capacidades productivas de Asia a nuestro país. El reto es alinear una transición energética y de “nearshoring” entre México-EUA-Canadá.
Las estimaciones para México han tomado fuerza, ya que el país reporta aumentos en sus cifras de inversión extranjera directa (IED). Según datos del primer semestre de 2022 de la Secretaría de Economía, México registró 27,511.6 mdd de IED. De ese monto total, 43% correspondió a nuevas inversiones, que a su vez registraron un aumento de 96.4% respecto del mismo periodo del año anterior.
Por otra parte, al cierre del tercer trimestre de 2022, tanto los mercados industriales de la frontera norte de México, como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, al igual que la región Noreste y Occidente del país. como Monterrey y Guadalajara, han planteado cifras históricas de absorción con arrendamientos de superficies industriales por arriba de los 200,000 pies cuadrados y, por ende, vacancias menores al 1% del inventario total de naves industriales en renta. Ante este fenómeno económico, el Gobernador Durazo Montaño está diseñando un ambicioso plan de infraestructura, acompañado del sector empresarial nacional, para la construcción de naves industriales en las ciudades más importantes del estado, buscando así incrementar el establecimiento de empresas extranjeras en Sonora, y obtener los beneficios económicos y sociales que ello representa, como la generación de empleos bien remunerados y mayores ingresos tributarios.
Sin lugar a dudas esto refleja la gran oleada de empresas de diversos sectores que, como medida para reducir el riesgo de cierres parciales o totales de sus operaciones en Asia, están aterrizando en las mencionadas ciudades y estados que se han caracterizado por tener mano de obra calificada, infraestructura de clase mundial y servicios para recibir a todas estas empresas de primer nivel que buscan justamente establecerse de manera ágil, ordenada y formal, y arrancar sus operaciones en México.
Sin embargo, no debe darse por sentado el auge, y debemos reforzar nuestro posicionamiento competitivo a través de una continua adaptación en las prácticas comerciales, inversiones en infraestructura, transición energética y cero emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la industria.
Retos energéticos
El principal reto que tiene México con la llegada del nearshoring es el abastecimiento energético industrial, ya que para poder aprovechar la tendencia se necesitará mayor energía. Tal es la magnitud de la futura demanda de energía, y que puede superar la infraestructura actual del país; al ser la energía la principal demanda, es pues necesario mayor generación de energía limpia, barata y confiable.
La transición a energías limpias y la consolidación de las mismas en el sistema industrial del país necesitarán de tecnologías complementarias, así como del almacenamiento energético para darle resiliencia a las fuentes renovables en conjunto y a la creciente demanda de energía.
Por ello el presidente López Obrador, de la mano del gobernador Durazo Montaño, están construyendo el parque fotovoltaico más grande de América Latina, y el séptimo del mundo cuando alcance su plenitud: 1.000 megawatts de energía limpia de capacidad en una superficie de 2.000 hectáreas. Con ello Sonora será el principal productor de energía solar de América Latina y el principal generador de las nuevas iniciativas en electromovilidad en el país. El desarrollo de este megaparque fotovoltaico supondrá un salto en la generación solar en México. Actualmente la electricidad solar representa solo el 6,1% del total de todo el parque de generación eléctrica, con un total de 5.955 megawatts instalados frente a los más de 33.000 megawatts instalados de ciclos combinados.
En la próxima entrega trataremos de dar respuestas a las interrogantes planteadas y se analizará el Plan Sonora de Energía Sostenible, particularmente el tema del litio.
Dr. Carlos Germán Palafox Moyllers Subsecretario de Egresos de la Secretaria de Hacienda y Maestro del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora.