Una “nueva nacionalización” de la industria eléctrica en el país, el plan B del presidente López Obrador

Por Redacción Abr 6, 2023 ##Sonora

Sorprendente, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció este martes la compra por cerca de 6.000 millones de dólares de 13 plantas de generación eléctrica a Iberdrola, que formarán parte del patrimonio público y serán operadas por la CFE.

La noticia llegó horas después de que Iberdrola emitiera un comunicado en el que informó que venderá a una empresa administradora de vehículos financieros mexicana, México Infraestructura Partners, activos valorados en unos 6.000 millones de dólares, para desprenderse del 80% de su negocio de generación eléctrica en México.

Con la adquisición de esas 13 plantas, CFE incrementará en forma importante su producción de energía en el país, al pasar del 39.6% al 55.5%, lo que la convertirá en la empresa líder en su sector. De acuerdo con estimaciones de especialistas en la materia, sin una reforma eléctrica o el fortalecimiento del Estado en el sector, las empresas privadas seguirían acaparando la generación de energía del país, de tal manera que para el año 2030 la CFE solo estaría participando con el 16% de la producción de energía.

La compra de esas plantas cambia radicalmente la tendencia en la actual y la futura generación de energía eléctrica en el país.

 En una reunión con Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, Enrique Alva, gerente de la empresa en México, David Mesonero, director general de Desarrollo, y en la que también estuvieron el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y el director general de CFE, Manuel Bartlett,  el presidente López Obrador señaló  que a pesar de las “discrepancias” que había tenido con Iberdrola, se llegó a un acuerdo “histórico”. En su participación el presidente de Iberdrola comentó que la transacción fue resultado de dos años de negociación y diálogo con el gobierno de México bajo el espíritu de respetar las políticas del país, y aseguró que la empresa que encabeza ya entendió la política energética del gobierno mexicano y por tanto se decidió vender las plantas, lo que implica un beneficio para México y para los accionistas de Iberdrola.

Una información muy importante fue la que proporcionó el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, al señalar que la transacción se realizará mediante el Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y se concluirá en los próximos cinco meses, agregando que no implicará incrementar la deuda pública presupuestal de México, y que el Fonadin, operado por Banobras –un banco de desarrollo del gobierno– puede salir al mercado para refinanciar esa transacción.

 Hay que recordar que la reforma energética de 2013 no ha representado beneficios para los mexicanos, ni para la CFE y sus trabajadores. Entre otros resultados, con ese acuerdo se va a detener la privatización del sector eléctrico y se evitará la desaparición de la CFE.

 Así, la CFE va a dejar de perder y de “subsidiar” a privados por un monto multimillonario, por 215.4 mil millones de pesos que deja de despachar en energía, y otros 222.9 mil millones por la compra de electricidad a particulares, respectivamente.

Con la venta del 80% de la operación de Iberdrola en el país, les ganó la partida a empresarios españoles.  Sin duda, el presidente ganó el juego de ajedrez a la empresa multinacional y le quitó el negocio a la compañía que contrató como asesores al expresidente Felipe Calderón y a su exsecretaria de Energía, Georgina Kessel.

  El presidente López Obrador aseguró que al consolidar ese proyecto se garantizará, además de satisfacer la demanda de energía que requiere la inversión extranjera que está llegando al país, resolver a corto y mediano plazo el abasto del consumo nacional. Pero lo más importante es que no se van a incrementar los precios a los consumidores, beneficiando así la economía de las familias mexicanas.

El presidente también anunció recientemente que: «Como ha venido sucediendo en los últimos cuatro años, vamos a terminar en septiembre del año próximo nuestro mandato y no van a haber aumentos en el consumo de la energía eléctrica y la CFE va a seguir garantizando este servicio a todos los mexicanos».

Es importante recordar los argumentos de los especialistas que estaban en contra de la reforma eléctrica planteada por el presidente el año pasado:

* Destrucción de la calificación crediticia del país y daño a la imagen del gobierno.

* Una insuficiencia de energía, con lo que el 50% del país puede quedarse sin electricidad, que llevaría a un paro económico al impactar a la industria y el comercio.

Estos planteamientos y señalamientos estaban fuera de toda realidad y respondían a intereses empresariales, pero el plan B de la nueva nacionalización de la industria eléctrica diseñado por el presidente Andrés Manuel López Obrador funcionó estratégicamente muy bien. El presidente volvió a sorprender a los neoliberales, por decir lo menos.

Carlos Germán Palafox Moyers

Subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda del Estado de Sonora y Maestro del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora

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