Ramón Flores, de quince asaltos..

Por Redacción Jul 21, 2023

El Código
Manuel Fernando López

A la vieja usanza de aquellos boxeadores que debían “rajarse la jeta” durante quince asaltos para definir a un ganador, siempre y cuando no llegara el terrible nocaut contra alguno de ellos, o descalificación “por malas artes”, el comisionado nacional y mandamás en Sonora del Partido del Trabajo, Ramón Flores Robles, entiende el concepto a la perfección.


Le han pegado duro y, se ha crecido al castigo; sabe que faltan muchos asaltos y, que en el camino irán quedando muchos rivales –el poder público marea a quienes no lo saben administrar—y, la verdad sea dicha sin tapujos, desde que el ex alcalde de Arivechi asumió las riendas del PT, éste despertó y, hoy por hoy, es una franquicia exitosa.
Ramón es y, ha sabido ser muy hábil en el escabroso camino de la política; sabe que ésta es el arte de hacer lo posible dentro de lo imposible o viceversa; este reportero guarda una fuerte amistad con Jaime Moreno Berry, todo un hombre de izquierda y, ahora trabajando al lado del gobernador Alfonso Durazo Montaño aprovechando su afán de servir y, no servirse, como tantos malos funcionarios.
Verbigracia –entre otros—el contralor estatal, Guillermo Noriega Esparza, quien sin asomo de humanidad y menos de respeto al estado de derecho, busca por todos los medios de correr a Carmen Lirio Guadalupe Bosque Salazar , directora general de licitaciones y contratos y jefa operativa de seguimiento de contrataciones de la misma dependencia, porque le estorba para sus leperadas.
Más le vale al otrora fariseo que desgarraba sus vestiduras en aras de la decencia y honestidad, que no sepa el gobernador de este indignante acto, porque lo van a poner de patitas en la calle, con todo y secuaces.
Pero volvamos a Ramón Flores: hace días tuvo un acto en Huatabampo—proselitista por supuesto, aunque se díga lo contrario por el INE—donde prácticamente “destapó” a Beto Vásquez Valencia para alcalde de esta ciudad, mismo a quien en el pasado proceso electoral lo “sentaron” con todo y su formidable y limpio capital político.
Ambos-Ramón y Beto—obviamente saben y entienden que en política hay que tragar sapos y pedir más; es claro que lo anterior, traerá consecuencias en todos los sentidos –“nadie es monedita de oro”—y, sé que el primero, sabe armonizar arriba del cuadrilátero izquierda y derecha, en aras de un buen combate, donde ganen los más y, pierdan los menos.
Donde si aplicó tremendo derechazo y, excelente movimiento de cintura y piernas—siguiendo con el argot del boxeo—el primero ¡por fin!, mandó noqueada a la lona a la “vende cuadros” –perdón fotografías de AMLO—es a la insoportable Shirley Vásquez Romero, quien con dicho movimiento, a favor de Beto Vásquez Valencia vio desmoronarse su sueño guajiro de ser la ungida por el PT para ocupar la presidencia de Huatabampo.
Desde hoy, cada día que pase, esta advenediza de la política –como tantos—escuchará en forma lúgubre “menos días” en lugar del tradicional “buenos días” y, con ésto, se acercará a vivir “en el error”: fuera de la teta presupuestal pues, a la que tan adictiva se volvió y, donde el olvido de promesas en campaña por el voto para ser diputada federal por el PT, tardó lo que tarda en llegar –parafraseando a Joaquin Sabina—la primera quincena de esta vividora.
Bueno, deben quedarle algunos cuadros con la fotografía de AMLO y, a sabiendas de la enorme legión de fans, no batallará para seguirse echando a la bolsa –¡y que bolsa!—algunos centavos “más o menos decentes” diría un pistolero en un churro mexicano.
Así que desde aquí un agradecimiento para mi amigo Ramón Flores Robles: has librado a la gente de Huatabampo de una verdadera acémila y, que siga el combate; conste a quince asaltos, no a doce.
¡La suerte está echada!.

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