EL ZANCUDO

Si el escenario preelectoral en Sonora se calentó sobremanera en estos días, el escenario que prefiguran el tono y el nivel del debate entre las diversas fuerzas políticas no tiene mucho espacio para el optimismo.

El relevo de los consejeros electorales a quienes ya se les venció el periodo para el que fueron designados, se ha convertido en un tema bastante polémico no sólo por lo que se está presentando por estos días, sino por lo que se prevé, sucederá el año entrante si es que el árbitro de la contienda electoral llega a esa etapa con el nivel de conflictos internos que ahora tiene y con las animadversiones y desconfianza que inspira en fuerzas políticas de oposición, señaladamente del PRI, un partido cuya fuerza política no debería menospreciarse, mucho menos después de las elecciones del domingo antepasado, cuando demostró que ni estaba muerto, ni andaba de parranda.

El grado de polarización entre el PRI y el PAN en Sonora se encuentra como en sus peores momentos, con la diferencia de que ahora es el blanquiazul quien detenta el poder de la nómina desde el gobierno del estado y los principales municipios, mientras el PRI se estrena como oposición y se las arregla como puede desde sus posiciones en el Congreso local y en el federal, así como en algunos ayuntamientos.

Lo que ayer reveló el diputado local Bulmaro Andrés Pacheco Moreno no debe ser echado en saco roto. El legislador huatabampense sostuvo que la interlocución política con el gobierno del estado se encuentra fracturada, debido a que “el ala dura” del padrecismo parece haber ganado terreno, imponiéndose al “ala dialoguista”, en este caso representada por el secretario de Gobierno, Héctor Larios Córdova, a quien han desplazado de las labores de cabildeo con el Poder Legislativo y con los mismos partidos políticos.

De ello pudiera deducirse que de seguir la misma línea, las horas del secretario de Gobierno estarían contadas, ya porque lo ‘revienten’ los duros, ya porque en un desplante de dignidad, presente su renuncia, ya que de cualquier forma, su papel como interlocutor con las fuerzas políticas, incluido su propio partido, el PAN, ha sido ninguneado sin respeto alguno.

Aunque de un lado y otro, todos los actores políticos dicen apostarle al diálogo y a la concertación; a la tolerancia, la inclusión y el respeto, en la práctica todos se han atrincherado en sus posiciones y no dan muestras de querer ceder un ápice.

Los panistas de Sonora se muestran muy confiados en que desde el ejercicio de gobierno pueden desplegar todo el aparato de Estado para imponer sus condiciones, y los priistas no quieren dejarles pasar ni una, apostándole a que dentro de un año el escenario político nacional, en términos de correlación de fuerzas cambiará sustancialmente si, como lo indican todas las encuestas hasta el momento, los tricolores recuperan la presidencia de la República.

Claro, eso es sólo prospectiva, y falta ver si los panistas se dejan sacar de Los Pinos, pues hasta ahora, que se sepa, no se ven dispuestos a rendir la plaza y todavía les queda un largo año para operar la sucesión. Y en un año pueden pasar muchas cosas.

Por lo pronto, en Sonora las apuestas al diálogo se quedan en el plano de la retórica, y lo que se observa es un endurecimiento del discurso político, que complica el abordaje de temas delicados, como es precisamente el de la renovación de consejeros electorales, que no es asunto menor, considerando que se trata de la instancia que organizará el próximo proceso electoral.

Si bien es cierto los órganos electorales en todo el país, por su propia naturaleza jamás han sido instancias que conciten las simpatías de todos los actores políticos, también lo es que no siempre han estado tan cuestionados como el de Sonora en estos momentos.

La propia consejera presidenta lo decía hace un par de semanas y lo repite cada vez que puede: hace apenas un par de años, los panistas que hoy están en el gobierno del estado acusaban al Consejo Estatal Electoral de jugar con dados cargados a favor del PRI; ahora que los priistas son oposición, son ellos quienes acusan al CEE de inclinarse a favor de las posiciones del PAN en el gobierno.

Resulta hasta cierto punto natural que suceda así, atendiendo los usos y las costumbres del sistema político mexicano; como natural resulta que el partido que gana las elecciones, busque legitimar su proyecto de gobierno y postergar hasta donde sea posible, su permanencia en el poder. No en balde el Partido Revolucionario Institucional lo hizo así durante más de 70 años.

Los problemas comienzan cuando en esa intención de mantenerse en el poder, se incurre en excesos como los que, hay que decirlo, terminaron por hartar a los ciudadanos mexicanos.

Y excesos son los que denunció ayer la dirigente estatal del PRI, Claudia Pavlovich Arellano, cuando acompañada de legisladores locales y federales presentó un recuento de lo que llamó “La danza de ilegalidades del PAN-Gobierno”.

La lista comienza con Eduardo Coronel Smith, el secretario particular de Bernardo Campillo, titular de la Secretaría de Salud, quien convocó a una reunión de militantes panistas utilizando recursos humanos y materiales de la dependencia. Aunque el caso se denunció ante la Contraloría estatal que encabeza Carlos Tapia Astiazarán, y el Tribunal Estatal Electoral consideró que se acreditó la infracción, no hubo sanciones.

Le siguieron una nutrida lista de funcionarios públicos que despliegan campañas publicitarias de posicionamiento a través de diversos medios -incluyendo bardas, pendones y demás-, el tema sólo dio para una desafortunada declaración del gobernador Guillermo Padrés Elías, en el sentido de que “en la política y en el amor todo se vale”.

En junio de 2010, se revelaron los nombres de Javier Dagnino Escoboza, Coordinador General del C4; Graciela Liera Armenta, directora de Enlaces de la Dirección de Imagen Institucional, a cargo del publicista Javier Alcaraz Ortega; Hiram Rascón Trigueras, enlace de Comunicación en el DIF- Sonora, y Héctor Rubén Espino Santana, director del Icatson. Todos ellos exhibidos como funcionarios que trabajaron en la campaña del candidato del PAN a la gubernatura de Sinaloa, Mario López Valdez.

Luego siguió el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda Estatal, cuyo titular es Alejandro López Caballero, a quien le grabaron una llamada en la que pactaba condiciones para vender los servicios de su empresa de publicidad, a los panistas en campaña en el estado de Coahuila. Su declaración al respecto no tiene desperdicio: “Como panista que soy, claro que trato de hacer negocios con los panistas, y claro está que también los apoyo con lo que puedo. Definitivamente también aprovecho todos los contactos que como panista, y ahora como funcionario he podido hacer”.

Un diario de Saltillo, Coahuila, también enlistó a varios funcionarios y dirigentes panistas, que hacían trabajo para los candidatos del PAN en aquella entidad: la lista la encabeza el propio gobernador Guillermo Padrés, el presidente y el secretario general del PAN en Sonora, Juan Bautista Valencia Durazo y Adrián Espinoza, respectivamente.

Le siguen Javier Alcaraz Ortega, jefe de la Oficina de Imagen Institucional del Gobierno de Sonora, y al que diversos medios señalan como uno de los funcionarios más cercanos a un juicio por enriquecimiento (in) explicable.

También enlistan a Alejandro Arellano, secretario  General Adjunto para Asuntos Internos del PAN-Sonora; Dalia Valencia, titular del área de Innovación y Gestión del PAN-Sonora, y Héctor León Mendoza, rector del Instituto de Estudios Políticos del PAN-Sonora.

La cosa no para ahí. El 3 de julio pasado, la Fiscalía General del Estado de Coahuila, detuvo a Jorge Ruiz Campos Zamora, director de Enlace Legislativo del gobierno de Sonora, acusado de delitos electorales en aquella entidad. Salió libre después de pagar una fianza de 20 mil pesos.

Y para remachar el clavo, para documentar que el gobierno del estado tiene metidas las manos hasta los codos en el Consejo Estatal Electoral, Claudia Pavlovich Arellano reveló las nuevas contrataciones de personal en el CEE:

OCTAVIO MORA CARO, militante activo del PAN fue contratado por el CEE como director ejecutivo de ASUNTOS JURÍDICOS. Fue también REPRESENTANTE DE PARTIDO ACCIÓN NACIONAL en las elecciones 2009, ante Instituto Federal Electoral en el Estado de Sonora; además de haber sido Director Jurídico de la SIDUR.

ISRAEL GUSTAVO MUÑOZ QUINTAL, fue designado como Director Ejecutivo de Administración del CEE, siendo que hace menos de un año fungía como Director General de Atención Ciudadana y Protección Familiar del Gobierno del Estado de Sonora.

LEOBARDO SALIDO ORCILLO CAMPOY, fue nombrado como Director Ejecutivo de Organización y Logística Electoral del CEE, sin embargo antes de  ello fungió como Director General de la Secretaria de Educación y Cultura del Gobierno del Estado de Sonora, hasta el año 2010.

PD.- Para los amigos, parientes, colegas, similares y conexos del fotógrafo Alejandro Mena y Ortega, se les comunica que después de su quincuagésimo segundo aniversario, y quizá por la cantidad de abrazos y palmadas que le llovieron en el lomo el día de su onomástico, tuvo que ser internado de nueva cuenta en la sala de urgencias del Hospital Chávez.

Como se sabe, el Mena viene lidiando desde hace casi un par de años, con problemas de salud derivados de un mal cardiaco, así como insuficiencia renal que lo tiene en lista de espera para el trasplante de un riñón, entre otros padecimientos. Afortunadamente, las atenciones médicas estuvieron a la altura de las circunstancias, y el Mena ha superado los problemas que lo llevaron a esta lamentable recaída. De cualquier forma, no está de más que sus múltiples amigos se reporten…

Otro buen amigo que acaba de pasar también por un quebranto de salud, y que también gracias a su fortaleza, a los cuidados médicos y a la mano de Dios, ya se recupera satisfactoriamente, es Miguel Ángel Murillo Aispuro, el famosísimo Ronco de la Ladrillera.

Desde esta columna hacemos votos por su buena salud, no l’iace que nos sigan dando carrilla durante muchos años más…

chaposoto67@hotmail.com